jueves, agosto 24, 2006

sergio rigazio /poeta beatnik/junín /buenos aires /argentina
























Poemas



Oración a Neal Cassady


protégenos San Neal de la muerte
y espanta la muerte del camino

con polvo de tus huesos de risa
apuntando hacia el oeste ilumina
las señales
las ventanitas temblorosas
lo que vemos languidecer
a un costado de las rutas

refuerza las sandalias del pecador
y de los hombres sin fe
refuerza los frenos de los malos conductores
y los elásticos de las camas en las pensiones baratas

protégenos de las falsas alarmas
del cielo
de los distraídos
y de la luz mala de los patrulleros

sálvanos del tiempo que se pierde
de los que perdieron los códigos de las carreteras
y de los filibusteros
y las cabinas de peaje

cobija nuestras almas bajo la inmensidad
de las nebulosas
pasando a través de la noche
con ojos sacramentales
rumbo a lugares tan extraños como
Capilla del Monte
Bragado
o Membrillares

cobija los corazones de nuestros amores perdidos
y de los dulces enamoramientos imposibles
y cántales las canciones de Chet Baker
para que no sufran

déjalos pasar
déjalos volver
y que no cuenten los kilómetros
ni vean fantasmas en el espejo retrovisor

protégenos San Neal de la muerte
y espanta la muerte del camino



after cus-cus
(cantata electrónica del aire)


todos los hombres que besan cariñosamente a sus esposas
y acarician las cabezas de sus hijos dormidos en la noche
y los acompañan hasta el jardín de infantes
todos

los que bendicen el sueño del prójimo
y tienen buenos pensamientos acerca de cómo comportarse
así en la tierra como en el cielo

los que cumplen sus deberes y satisfacen
cientos de responsabilidades atrozmente humanas
y lo que implica moverse en un medio
a todas luces hostil para cualquier especie que se precie
de su sensatez

los que llegan a la meta sin perder el balero
y logran sus objetivos con una sonrisa
y sin demasiados remordimientos a la vista

los que aman exactamente hasta donde tienen que amar
y ya no sufren por lo que no amarán porque amar es divino
y a nadie se le ocurriría quedarse con el vuelto

esos hombres que entonan himnos de libre expendio
y son eficaces en el cálculo
justos en sus juicios
castos con sus jugos
y ocupan posiciones
más o menos estratégicas
bajo los parámetros propios del uso discreto del Poder
y otras precisiones con las cuales cualquier cristiano
con fe puede ver más allá de sus narices
aún sin ver nada

todos llegan a veces a la verdad y al bronce de una plaza
y al sobretodo de piel de camello y a vehículos todo terreno
y la TV satelital en medio del country y el sueño de los cisnes
vigilado por sofisticados monitores en casetas de seguridad
cada quinientos metros

todos dicen alguna vez oh Dios qué hemos hecho
y muchísimas veces oh Dios gracias y cuánto te quiero
y sí juro merecer la gloria y honrar la bandera
y ahuyentar a las zorras que se roban las uvas
o incendian los placares

esos que ceden sus asientos a las ancianitas
y las embarazadas y ayudan a cruzar a los ciegos
y consuelan en los funerales y dan palmadas en el hombro
y exclaman
¡adelante!
¡ve por ello!
¡triunfa!
¡feliz domingo!
¡ráscate el higo pero sé moderado!

los que producen envasan reparten empaquetan
colaboran contienen acarician sostienen acumulan venden
compran regalan o esconden cosas bajo el sol y pese a todo
duermen felices aún en las noches del horror natural
e insólitas reminiscencias del cerebro cromagnon
rebotando ad eternum en una minúscula porción del cerebelo

todos absolutamente todos pasan por la vida gestionando
y pontificando y peticionando y celebrando y brindando y brincando
y rezando ante toda clase de autoridades funcionarios profesionales
eclesiásticos y shamanes empecinados en la posibilidad cierta de
ser felices alguna vez

cueste lo que cueste están dispuestos a realizar
alguna clase de ceremonia vudú o sacrificio penitencial
o retiro del orgasmo o cláustrico encierro
o peregrinaje místico o ascensión a los cerros
o histérica flagelación de los sentidos

quieren ser buena gente abnegados esposos grandes
contribuyentes marajás domadores de circos héroes por un día
y algunos lo logran y salen en los diarios y opinan en las radios
y son buenos ciudadanos y gentiles caballeros que nunca piensan feo
y pescan patitos en las kermeses y ganan en la ruleta y pasean
a sus nietos y fundan clubes o sociedades de fomento y presiden
cooperadoras escolares o grupos de apoyo en las prisiones
y las parroquias

todos sin excepciones con o sin guirnaldas
y condecoraciones y diplomas o certificados de buena conducta
y medallas milagrosas y trofeos y altares mejor o peor vestidos
todos bien remunerados limpios prácticos ganadores
o aún pasando desapercibidos en medio de historias siempre ajenas

todos
blancos negros rojos amarillos morados con flores
escarapelas en el pecho
o la raíz de un jacarandá asomándosele
entre los dientes
demacrados apoliyados embalsamados
o inevitablemente convertidos en harina de huesos
todos tienen reservado un insoportable fragmento de nada
flotando en el vacío
y eso es lo que esconden a lo largo de este largo
largo paseo


aguafiestas
para Paulova


una noche ella vio caer una estrella y dijo algo acerca
de la posibilidad de creer que las cosas no eran como eran

que no era puro rocío lo que tenía en la punta de los zapatos
sino una especie de miel

una sustancia casi eléctrica que se desprendía del cielo
cuando alguien veía caer una estrella

realmente ella podía creer en eso
yo también

nos quedamos un rato así
mirando si volvía a suceder
algo
algún fenómeno extraño

no había necesidad de medir ni comparar distancias
lo que demora un objeto a veces animado
en desplomarse

no sé por qué se me ocurrió
creo que hacía mucho frío
sólo dije que siempre había estrellas cayéndose

sos un aguafiestas
me dijo
y volvimos a la casa


planeta de los simios


monos
monos
aterciopelados
carne de cañón
montañas de carne de monos
rugosos
llenos de pelos de monos
ardiendo
ajetreados
volviéndose
más monos que nunca
colgados de palmeras generosas
pero no por eso
menos monos
graciosos
crucificados de una u otra forma
bajo la ley de la jungla
monos felices
llenos de hidratos de carbono
piojos
ordenanzas
talco del laboratorio de Dios
monos por duplicado
hablando como gansos
dormidos como marmotas
monocelulares haciendo bip bip bip
monos rústicos
apergaminados
cibermonos en celo
manadas de monos
más o menos relajados como monos
una banana una fiesta
monos electrodomésticos
esperando que llegue la aurora
la felicidad
más cuotas
más bananas
monos cromagnon
monos de versache
oliendo
comiendo
cogiendo
rascándose como monos
pero sin entender lo que dicen los monos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellísimos y provocadores tus poemas.
Ana.