lunes, octubre 27, 2008
marta cwielong / poeta de cuerpo entero /longchamps /buenos aires /argentina
Selección poética
------------- de: "Pleno de ánimas"
*
Los perros son otros
pero aparecen / cada tanto,
fragmento de alguna historia.
Extraño, no creí pertenecer a alguna. Los días fueron
sucediendo/
como las nubes.
Todavía no entiendo qué hice con las horas.
Hasta cuándo hay inocencia?
No puedo recordar mi infancia.
Quién era mi padre?
borracho por las noches,
refugiado,
el nazi,
un polaco,
un
alemán
el que salvó a la niña del campo minado
quien amaba a mi madre
quien amaba a madre de mi hermana
quien castigaba a mi hermano
el ateo
el nazi
el que hace que no tenga memoria?
auguri
a Romualdo Rossi.
il mio cuore rimanera sempre per te
me dice desde roma,
y me regala un corazón
de ámbar
para que cuelgue de mi cuello
ámbar
fósil
que atrapado se convirtió
en belleza
*
a aldo novelli
me han dejado sola,
y en esa soledad hice mi guarida
junto piedritas azules
olvido casi todo
pero traigo de regreso
al animal herido
no saben lo que han hecho
*
quién debía cuidar
a la niña que yo era?
que alguien responda
que alguien
diga perdón
---------------- de: "jadeo animal"
*
duelen los labios
o la boca
quién besa?
los labios, la lengua
o es dolor de callada
de mordida
de morderme
de ejercicio de besar
de haberte besado
de calzar justo en una boca
------------del libro inédito: "Vulnerable"
*
vulnerable
el cuerpo
a la mirada
isla negra
vine al pacífico a enterrarte
hacer una tumba digna de ese amor
arañé la arena,
con sangre, tiré tu mirada
tus manos
quedaron mis dedos
ávidos de sal
*
arrancada
como mordida
tomo ese resto
lo arrojo al pacífico
cae
sobre las rocas
mis ojos creen ver
como se pulveriza
*
en algún momento
extendí la mano
de tanto quedarse al aire
se guardó
solita
y quedó
olvidada
tan solita
*
esta mujer
sueña
en contra de todo
aún después de todo
pobre mi amor
no supiste
ver
la tibieza del cuerpo
después de la pasión
*
hoy me abandoné
a la hora que hay un agujero entre el sol
y la noche
donde todo parece perdido
iluminado de vacío
bailé sola esa música que
nadie escucha
me susurre sauces, álamos
y un pino
que silba
anunciando muerte
*
teníamos ocultas
las manos
diría la piel
y rompí el vaso con Beefeater
creo que era Barcelona,
musité algo
que nunca volvería a verlo
si recién llegó, dice mi amiga
y estás partiendo
en cámara lenta veo el gin
cayendo fuera de mí
a pesar de mi sed.
En Ancud
Mujeres hamacándose
en la noche del Fuerte San Antonio.
Ellas cruzan el aire
asomando sus piernas
entre las amapolas leves de sus faldas.
Han sacado sus niñas a lo oscuro
y en el envión parecen alcanzarlas.
Fuman graves los hombres
detenidos frente al negro agujero del océano.
Es enero en Ancud, el mes de las visitas.
¿Quién impone el olvido?
¿Quién propicia el misterio que nos trae a esta cita?
¿Es el sur?
¿Es el mar?
Nos protege el silencio.
Debajo de los párpados se desliza la espuma.
En esta isla, lejos, hoy todo sufrimiento se perdona.
¿Quién impone la vida en la noche del Fuerte San Antonio?
¿Acaso el sur, el mar?
Es redondo el instante, extendida la dicha, más allá de sus límites se apura la mañana.
----De “La escena imperfecta”, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1996.
Lejos de casa
Lo verdadero ocurre en aguas profundas
y las palabras poco pueden con eso.
Los pescadores han traído un lobo de mar
que por error o azar cayó en la red de congrios y jureles.
Su cabeza ladeada hacia el este cuelga de un escalón del muelle.
No respira.
Tiene un fulgor lechoso en la mirada
y en un breve intervalo pasó de ser protagonista
a convertirse en obstáculo.
Es un hecho fortuito,
un punto irrelevante en la mañana
este lobo muerto por error o azar.
Me recuerda a mi padre
el último día que lo vi.
Genealogía*
Mi hija escribió que yo nací de un huevo en el río
y por eso soy un pez.
Para mi padre era un caracol
entonces debo ser lo que él creía
porque el huevo vino de él.
Sin embargo mi hija dice que también fui yegua
y que siéndolo parí un hijo de algodón
y a otro que está loco y lejos.
Hay uno que
es carpintero / corta madera hasta dejarla como el cuerpo.
No sé si esto
es realidad o ficción
porque una activa yegua de la noche
una auténtica yegua madre carne argentina de exportación
es caballo vaca pez carpintero y loco
carne de caracol
cantora.
Si no fuera porque me hija me clavó en el río
para que no me comieran cuando era huevo
nada de esto hubiera sucedido.
*A partir de una relectura de “Nido de ballena”,de Melissa Bendersky, Ediciones Deldiego, Bs.As., 2001.
-------- de “Libro de Boock” , Ediciones en Danza, Bs. As. , 2004.
Insomnio en Rocha
La almohada huele a cera,
las sábanas a sudor,
el colchón
a orina.
Este cuarto de hotel
no es,
ni lejos,
lo que solíamos entender
por diversión,
amor mío.
Olvidar
el Alprazolam de Andrómaco
a 300 km. de aquí
ha sido
una pésima jugarreta del destino
ya que me he puesto a dudar
de casi todo
y cuando eso ocurre
mi cara se deshace
en amenazas
y me asfixio
en la tensa
cordura
que nos ata.
--------de “La Cuna de Newton”, Ediciones en Danza, Bs. As., 2007.
Siete ángeles españoles
Aprendí a confiar en este hombre
También he aprendido a no saber que espero su llegada
De este modo cuando viene se parece a la lluvia
que limpia y nutre el jardín sin prometer que lo hará mañana
Hay palabras que este hombre no dice
Yo leo el silencio y tampoco las digo
Sabemos en qué moneda cobra lo no dicho
Mientras tanto en el jardín las plantas
florecen se marchitan
Hablo de él cuando callo
No importa que el jardín reconozca la mano que lo cuida
No sé si importa que un cuerpo reconozca a otro
Con este hombre no sé qué importa
pero llega a casa y como el jardín bajo la lluvia
me amplío
Este hombre viene a ofrecer lo que yo espero de otro
¿Lo que trae a alguien se lo quita?
¿Lo que me es negado en alguien se acumula?
Yo recibo de uno
ansío de otro
y no sé qué hacer
Sola
en casa
mirando el jardín
escribo
para entender.
----------- de “URCA”, Libros de Tierra Firme, 1999
Inéditos, 2008
Invierno
Es agosto, 25, le escribo a Mansilla. El viento sopla caliente. Vaporosos y perplejos, de a ratos pesados y entusiastas, vagamos por las calles flotando como en un espejismo. La realidad ondula. Todo lo que existe se curva. Redondea. Perdido el arte de la conversación por causa de la extranjería, la lengua ajena me sostiene en vilo. Recuerdo unos versos de Idea Vilariño, no sé si cito bien, “Estás lejos y al sur, allí no son las cuatro” y me asombra no tener en quién pensar cuando los pienso. ¡Cómo haré para escribir sin tener en quién pensar cuando escribo! Intento comprender por qué estoy aquí y sólo se me ocurren razones poco valederas. No soy nadie bajo este sol difícil de calificar sin caer en el exceso o el lugar común. Es curiosa esta contingencia en la que carezco o aparento carecer, de historia, identidad o rumbo. Paso el invierno junto al mar, entre palmeras, bebiendo cachaça batida con maracujá, en este pueblo de pescadores ruidosos que ríen de cosas incomprensibles para mí y responden a nombres musicales y extravagantes como Nironi Aluisio o Argemiro Patrocinio. En vano trato de copiar su expansiva alegría. Todo lo que consigo es tachar borradores en los que hablo de pasar el invierno junto al mar, con palmeras.
El día 36
El funcionario de migraciones señala mi documento vencido. No sirve, fala. Le digo que ignoraba tuviera fecha de vencimiento, que ya estoy ahí. Acabo de bajar del avión y mi país fica longe. Todas las fantasías de deportación explotan en mi cabeza. Él no da señales de interés. Está aburrido, mal dormido, tal vez mal pago. Mi explicación le resbala y repite lo mismo con aire cansado. Y además añade que sólo tengo 36 días para estar ahí. Imposible, vengo por más tiempo. 36 días, repite, mira hacia el costado, resopla, repite con fastidio: al día 36 você vai embora. Escenas de Carandiru, Expreso de medianoche y aterradoras cárceles extranjeras cruzan por mi mente intoxicada de cine. Entre el miedo y la incertidumbre se filtra una pequeña idea, no es mucho, apenas algo. 36 días, un plazo, un límite, un final anunciado. Guardo mi documento perecedero y salgo al hall del aeropuerto con la sensación del indultado a última hora.
Nombres propios
Me gustan los nombres propios
más que los comunes.
Detrás de un nombre propio
hay una historia y
me gustan las historias
más que las elucubraciones.
Me gustan los nombres concretos.
Detrás de ellos hay elementos
tangibles, perecederos, en cambio
detrás de las abstracciones
suele haber paja que arde
al primer fuego que cruza.
domingo, octubre 26, 2008
“¡No!, me gritó y pegó con el puño sobre una pila de
mosaicos blancos que cayeron hechos añicos.
No entremos nada de la mano del Martín
de Sábato y de toda su ilusión de salvación
y de pureza.
El horizonte, la inmensidad, la liberación. (..)
Entremos disfrazados de explorador o lo que sea,
seguía, entremos también con el peso
de alguna traición si quieren, sabiendo que
llevaremos siempre a cuestas porque
la Patagonia no libera a nadie de nada.
Ni de la pobreza ni del tormento.
Que se sepa. Sepamos que acá,
si no hay paisaje de tarjeta postal cerca,
estamos todos condenados.
Parias somos. Cinco gatos locos dando
vueltas alrededor de una oveja enclenque.
Qué summa ni summa. Resta. Resta Patagónica.”
María Sonia Cristoff- Teoría del lugar
Angel de la soledad
y de la desolación
sobre tu ilusión
vas a bailar.
.
Patricio Rey y sus redonditos de ricotta
Salamanqueros
Dicen que
a aquellos
que arreglaron negocio
con la salamanca
los dejan volver
una vez
una sola
a cenar con su familia.
En esas ocasiones se producen
incómodos silencios
toses apenas carraspeadas
que los ojos miran
sin ver, como al vacío
hasta que se marcha
y la familia respira
aliviada
Pueden entonces aguardar
a ciencia cierta la bonanza
las riquezas que traerá ese pariente
a quien no verán más
en la vida.
Hierro de marcar
Cuentan que en los cincuenta
entraban los gringos al mogambo
pateando puertas
mareados por la merca y el alcohol
entraban a los tiros y encendían
los cigarros con billetes
y con el índice señalaban a la chica
más hermosa
-una puta recién traída
carne fresca
no tocada todavía en la zona
y en un cuartito, detrás del cabarute
donde la cocaína se servía en platos hondos
para la clientela más selecta
con un elemento de marcar
ganado, el gringo, con sombrero puesto
todavía
escogía su señal
-una gentileza de la casa-
aquella
que estamparía
en las ancas rosadas
de su chica
para su propiedad
el tiempo que le dure
el entusiasmo
Pampa de salamanca
En el mostrador del boliche
que se abre a los naúfragos
escupidos por la pampa
de salamanca
duerme un mapa
amarillo, abierto in eternum
que señala lugares, hoy
inexistentes
lugares para no ir.
El bolichero lo ofrece con el mismo vaso
de ginebra a quién sea
un vaso cruzado de huellas
dactilares,
rastros grasosos de capón
de los peones perdidos
en la estepa.
Aparece y desaparece el boliche
cada tarde de viento rojo
tras una polvareda densa
en la zona donde cañadones
cicatrices inmensas de la tierra
caen al mar.
Las Heras- 1999
El chico, un veinteañero con sangre
aborigen en las venas
despertó ese día
con algo apretando su pecho.
De manera cuidada eligió
esa manguera bicolor que se usaba en el jardín
para regar las rosas, hoy resecas,
y la arrojó por encima de la viga de hormigón
que reinaba en esa parte inconclusa
para siempre de la casa.
Sólo resta esperar
el momento adecuado
sin interrupciones.
La siesta familiar o bien, la madrugada
y en silencio planear la escenografía.
Con curiosidad notó que ninguno
de los preparativos
le había despertado
la menor compasión
y entonces supo
cuán definitivo era
cuán desapasionado
y siguió sin conmoverle.
Era todo lo que necesitaba
Sin dolor subió a la viga
y enrrolló, segura,
la manguera rodeando su cuello
y se lanzó
No hubo
más ruido
que el motor de la termo arrancando.
como desde hace treinta años lo hacía
desde que el pueblo tuvo luz eléctríca.
Spleen by baudelaire
Habita en los gestos del habitante sin sueños
un cansancio
-spleen-
que no tiene que ver con
la falta de comercios
o posibilidades de estudio o diversión.
Es el vacío
Los encierra
Los espacios abiertos cercan
el alma del hombre
con miedo.
Miedo de estar solo o de hablar
con el hombre
que siempre va contigo.
No hay escondite posible
detrás una cortina con volados.
Y una casa con estufa y leño
ardiendo no es
necesariamente, tu hogar.
El spleen acecha tras el vaso
de vino, detrás de los ojos maquillados
de la chica
que ama por dinero
Perros en el fondo
a Nelly González
Acá hubo una revolución
y no fue
parida en buenos aires
no fue invento, ni proyecto
ideológico
venido desde afuera
Surgió del guiso
étnico de acá
un cocido intelectual del mundo
de los hambreados por esta y otras
patrias.
Venidos de otros lares y otros mares
Porque eso somos
Amotinados cimarrones
Irredentos
cuando marchamos al exilio
Perros atados en el fondo
del patio
ladrando al viento
Toda poesía es inútil
Porque yo no soy esa
la que escribe cosas bonitas
que le gustan a la gente
gente que dice: ahhhh! y pone caraboba
No.
Soy dura con mi letra
y mi poesía hiere
como un niño muerto
en una cama de hospital.
Porque con las cosas
que nos suceden cada día
toda poesía es inútil
Toda la poesía
del mundo es superflua
Mucho peor aquella
que reconcilia al hombre con el mundo
Con qué mundo?
en mi mundo el paisaje
este paisaje del sur
el más famoso y más hermoso
del mundo
no esconde
niños que se mueren
por mala praxis en los hospitales
adolescentes que se cuelgan
del alcohol o sin pesar
de los árboles escasos
mujeres que mueren en el parto
o abortan torturadas
por un policía
en una comisaría de las heras
O bien nos malmorimos en la ruta
ya que siempre
estamos yendo a algún lado
o volviendo de otro
y si no es la nieve
será la escarcha, la falta de gasoil
o algún piquete.
Andar es peligroso y no nos queda otra
entonces nuestra esencia
nómada se encuentra
al paso
Estaciones de servicio
melancólicas
paradores, como de bagdad café.
maría pugliese/ poeta de palabras aladas /muñiz /buenos aires /argentina
Saeta
poemas inéditos
-Serás un puerto,
a tu pesar, un puerto
y tu mirada
una saeta fija en las orillas
¿amanece en Bahía?
¿estás de cara al sol en Cartagena?
¿quién silba por las calles neoyorquinas?
ese sendero muerto en Lima
frente al mar…
Roma y su tinte ocre al mediodía
Estocolmo y los cisnes
un silencio más alto más allá
Fui puerto,
es verdad, siempre fui un puerto
con los ojos en puntos cardinales
con las manos en barro
con algas en los pies
fui tan sólo un vasto territorio de señales
ciertos mundos con fulgores de lo inhabitado
laten detrás de las persianas
sobre mapas piel sangre cabellos
aunque persista el olor del hambre y la miseria
aunque se anuncien pestilencias paso a paso
me basta con el viento
y el vértigo
y el puerto
y las heridas
21.02.06 al 29.08.06
el nido deshecho por el pico de pájaro
el puñal en el vientre de lo amado inasible
los días anudados al letargo
las ondas transeúntes
los camalotes silentes
lo dijeron
las sirenas de barcos
el silbido de trenes
los golpes de azada sobre la tierra húmeda
lo repitieron
lo aseveró
el mástil ante el soplo del viento
todo profiere desparpajos
del hecho consumado
y ni una sola palabra
denuncia la intención
24 al 25.10.04
una taza y su boca
un sorbo y otro
la borra de lo hondo
los labios y la porcelana
de un lado
la cuchara
del otro
el plácido sendero de tus ojos
y las esmeraldas
21.06.05 al 06.11.06
entre las verdes curvaturas
debajo de los cascos en tropilla
sobre un maizal profundo
detrás del ocre en humaredas
encima de raíces encrispadas
la desgracia es paisaje
que profiere sus insignias en ruta
estuvieron aquí
con todos los sentidos en alerta
pensamiento y belleza
que exhibe
botellas paños rojos
flores de papel estampas
pertenencias
y un enlace de cardos
a cada paso a cada paso
15 al 26.04.05
sostenerte las manos
hoy porque sí ahora
con trémulos fragores
que no resisten y redundan
el estruje el vaivén pausado la memoria
manos en manos
que contienen
lo que el espejo tan solo desdibuja
por el débil escenario de la siesta:
no hubo días
sino un tiempo extendido como lagarto al sol
estás ahí?
sino un haz que obnubila mis ojos
estás ahí?
las elevo a la altura de la frente
y no más
02 .05 al 08.07.05
esta danza que traza
un torso sobre otro
se detiene?
los cascabeles
que intersectan miradas
nos detienen?
cada expiración
arrulla los letargos
de eslabones sinuosos
y una sola razón demoraría
a la obediencia extrema
Mi señor…
construí sobre el fango
un manto de jazmines
y me cubrí los hombros
con retazos de seda
lo esperé dormitando
abrasada
al cansancio y sudor
en verdad no es mi culpa
ni la suya, señor,
yo concibo la vida con amor con entrega
y usted reconoció los artilugios
tejidos de paciencia
como designios neutros del azar
hubo esfuerzo, señor,
hubo labor constante
sin reclamos
encontré entre residuos
el resplandor de los mejores tiempos
usted se enorgullece
de lo cerrado y quieto
de lo trunco y de lo disperso
yo en cambio no desisto
un final es principio
ejecución
26.05 al 28.05.05
entre una línea de sol al mediodía
y las penumbras
permanece el cerco inalterable
del desencanto
tan profundo y elevado
alto
que no quiero decir
cuánto me callo
28 al 08.07.05
cielo horizonte cielo
descubiertos
azules grises rojos tornasoles
imantan una figura triste
hacia el afuera
la observan
en custodia
por el tedioso marco de metal
por la ventana
31.05 al 05.05.05
si me hubiera unido a la caravana
si con mis pertenencias
les hubiera aliviado el frío o la sed
toda causa hubiera perecido
por sus consecuencias
31.05.05
opté por el desvío
y entre las multitudes
te vi llegar
no bastaba con las caridades
ni con la simulación
hubo que andar
sin prisas y sin pausas
hubo que conciliar las palabras
a la acción
31.05 al 06.11.06
el olfato ondula
entre los vestidos que conservan la fragua
de los aromas íntimos
y me traiciona
el sabor del café
oscila por el borde de la taza
y refiere a los sellos de la boca
sobre el esternón
y me traiciona
el discurso de un andar constante
bajo sauces sombreados
evoca pasillos maullidos vidrios rotos
escritos llantos desesperos
vanidades
y me traiciona
el erizo cautivo
se resiente
se niega al alimento
se encrespa y se contrae
cuando el único peligro es la huída
cuando la única certeza es la ansiedad
y me traiciona
la estela
enaltece con ráfagas
aristas que devuelve el sueño:
mejillas en roce
cinturas trenzadas
piernas en arco
ensalmos placidez
y me traiciona
son una niebla espesa
que transmuta en desprecio
cualquier rastro de amor
04.06 al 21.06.05
señales imperfectas atraviesan
un crisol de sonidos recurrentes
se combinan y alternan recepción-emisión
con dádivas del pretérito en presentes
con cláusulas de impertinencia
un idioma sin resonancias
vigas clavadas en la arena
interrogan
persuaden
significan
lo que avanza y arrasa
sin piedad
29.06 al 08.07.05
desde aguas turbias
vengo a brazo partido
desde la hondura de lo inevitable
retuve entre los labios
pétalos de amapolas
que ahora se desprenden
en breteles de aromas
sobre las simas del perineo
alterné los expiros
con desechos y lodo
le di impulso a los pasos
con insignes evocaciones
de la palabra suelo
asilo recinto
demoré los latidos
profané del aire
del sopor
sobre aguas turbias
los camalotes mecen
una presencia inalterable:
de pie
de espaldas
sin mirar
sin oír
sin pronunciar
no quiero
jueves, octubre 23, 2008
Sus pensivos (fragmento)
Marcha
(...) fuego en el pupitre de la voz,
es la marcha.
Metástasis de la partida: la espalda como hasta luego.
El calendario del diente abre su ojal,
embaraza las especias de un boleto. Lo pone a tiro.
Lindante con la lógica del agua,
de oferta en oferta vamos.
Se trata de dejar aquí lo que acerca demasiado
-mudar de pezones intravenosos-.
Allá la tentación de lo que no aleje,
porque cambiarlo todo es la patria definitiva,
residuo orgánico del domicilio.
Ya en camino.
Ya el ojal trizando la cordura.
Los pañuelos se organizan en la garganta
-podría ser jueves-.
Salir aturdido de avenidas en celo
y calzarme unas ciudades a la pasada (...)
Frío
(...) en los escalones de este frío y por debajo de ellos
andamos como vinimos.
Sanos de vientre, de esperma, de armonía entre las letras.
El frío se arrodilla frente a mí.
Mira sin sol, sin echar mano a un agosto,
sin septiembres en la guantera.
Arrodillado, soplando el humo de mis pasos,
me ha sitiado otra vez.
Avanza lento. Paraliza la quietud.
El frío aun (…)
Algo de sur
(…) la arena y el valle son un vicio. Cateterismo del sur
que nos hace universales.
Aún parados en el ombligo de Santa Cruz,
de Chubut, de cualquier Patagonia que se precie,
somos mar y valle y desierto y cordillera.
La piel crece ordeñando la vida,
relojeando la nieve, el chaparrón, la fruta de carozo.
Masticamos distancias sin llamar la atención
y –disimuladamente-
hundimos la mano en el cráter del Copahue para escribir en Lapataia:
algo de sur somos todos
para no caernos (…)
Iniciales
(…) hoy la montaña no tiene las iniciales de tu piel.
Deletreo tu pelo fileteando rulos en mi hombro
y con la primera nube te llevás hasta mi sombra.
Escapo disfrazado de hombre entre los alerces
y te sirvo mi vagina para que bebas tu propia sed.
Escribo con algas y ladrillos de Cabo Raso
y no estoy allá.
No son mis manos las que juntan piedras blancas del río Manso.
Acuesto mis fotos en el valle del Chubut,
duermo en Gaiman, desayuno en Playa Unión,
navego tus labios con los durmientes
que pusieron paisanos y galeses en el desierto.
No soy yo ni estoy conmigo.
Mi garganta está sentada en un bar de Zapala
donde quiero escribir poesías para huir de mí,
de la sombra que te llevaste,
de esas iniciales con 35 grados que dejaste en la montaña
cuando nevabas con junio en mis alambres (…)
Retrato
(…) el retrato de tu olor está tendido sobre la nube.
Mira el domingo con fotos de sábado,
deja su costado en mis labios
y se hace bostezo
o carcajada.
Habla por lo bajo de los días que vendrán,
del trozo de un viernes
cuando por fin agosto fue un sol a quemarropa.
Todo lo demás es el retrato de tu olor
arqueándose en el reloj con asma
que gira alcoholizado y mudo.
La noche hace que tu olor sin vos desaparezca.
Aun sin viento
vuela en la correntada
y se disuelve en las migas del lunes,
como un (…)
martes, octubre 14, 2008
ojo al piojo
estallan telepods en los lagos de marte
natalias subvirtiéndose
ojo al piojo
estas mujeres chumban
pero no muerden
ladran como perras al sol
y te muestran los dientes
desconfiadas
confían en su instinto
que a veces anda por saturno
cuando ellas pisan tierra
estas teletransportadoras
yerran feo
por ej.
dicen amor
y salta el desamor en la maquinola
tercas
repiten
amor amor amor!
cuando el pronóstico es todo lo contrario
pero no aprenden más
se les salta la cadena
cada 2 metros
e igual siguen
pedaleando hacia la luna
con escalas
obviamente
peleadoras natalias
que se tiran de las mechas
-nooo, vamos para el norte
-nooo, al sur
-y si mejor vamos al oeste?
-a ver chicas, si llegamos a un acuerdo?
-vayan todas a la cucha!
-dejensé de aullar en plenilunio!
-paren ya de escribir boludeces!.
Camino de ida
I
la histeria es un camino de ida
que no hace historia
sólo apedrea las ganas
en laberintos gesto-verbales
tonti
va con amor
bichi
aunque sabés que nunca
jamás te diría papi
me dan impresión las parejas
que se nombran papi ó mami
y he llegado a abofetear a algún sátrapa
que me ha dicho mamita
para no volver a dirigirle la mirada nunca más
II
no olvidono perdono
no hago escenitas
ni me muero de amor
más que los domingos enteros
y pedazos de los 6 días restantes
de la semana
en los que sólo quisiera
enredarme entre tus brazos y piernas
sentirte debajo de mi piel
escucharte el corazón
III
pero la histeria es un camino de ida
bichi
no nacimos para escribir
diminutivos que
nunca nos atreveremos a decir
IV
anoche soñé que te quería contar esto
pero no salían las palabras
dolía la garganta
tenía tos
de repente
comencé a escupir
trozos de vidrios
luego a vomitarlos
eran azules
contrastaban con mi sangre
ni vos ni yo hablábamos
sólo mirábamos
los fragmentos que brillaban
en el piso
como parabrisas de auto
después de un choque frontal
V
y no dejo de quererte
aunque sostenga que la histeria
no hace historia
aunque sea tarde
y desvaríe en contradicciones
vuelvo a inventarme para vos
vuelvo a cometer ese error
VI
no me voy del todo
no te vas del todo
distancias prudentes
que lastiman
así vamos,
bichi
asustados
poniéndonos murallas
buscando en otras bocas
el sabor de nuestros nombres
VII
y pensar que te quería escribir
palabras de amor, bichi
pero ando desencantada
y ya no creo en nada
un enano de jardín escéptico
impacta su bota entre mis costillas
y me siento más sola que la miércole
pero no es la soledad, bichi
la que me da ganas de vos
VIII
la historia la histeria
la histeria de la historia
la historia de la histeria
bichi
es el mismo camino de ida
en el que nos chocamos
a tientas
buscando
un fósforo
una pelusa
una miga de pan
que nos marque los pasos
para encontrarnos realmente
sin impactos
bichito de luz(no cualquier bichi)
(Apurada)
Paso de largo
frente a tu silencio
me hago la apurada
para que no me duelas.
Muñeca brava
gesto inveterado
de repliegue
al sur
donde las primeras palabras
son las últimas
elípticamente
una rosa vuelve a ser pimpollo
pero margot no vuelve a ser margarita
y la muñeca brava
continúa secándose las lágrimas
frente a la vidriera de la juguetería
repodrida
una grieta en la mirada
deja entrever luces
vientos desconocidos
irrumpen en la sed
dejándome sin boca
tal vez sea mejor así:
que se pudran mis palabras
y nazcan otras
que se pudran mis gestos
mis pensamientos
también
que se pudran
me tienen repodrida
seremos compostaje
de otra yo
en el abismo ensordecido
por flores amarillas
pétalo terso
perfume
hacia el sol
en los días
y raíz a la luna
por las noches
viernes, octubre 10, 2008
otros campos de belleza armada
han de llegar otros campos de belleza armada. perder la respiración en lo alto del camino. esperar
que vuelva a silbar el pájaro del silencio. hacer un mapa sonámbulo que atraviese los páramos
del sueño. quedarnos en la quietud de la batalla en ese ardor que deja la guerra. contar de a
pocos las heridas, los denarios, los participios que deja la saliva ardiente cuando se ha subido la
cuesta. han de llegar con sus viejos discos de 45 revoluciones por minutos, sus pancartas a
contrasol a contraluna, sus nanas para dormir al hijo que no van a tener. campos que ya fueron
arrasados por la ventisca, las bombas, los dinosaurios. ahí vienen los que tuvieron otro nombre,
otra leyenda y pasaron de largo como una sombra. son los que se llevaron a rimbaud en la
mochila, se machacaron la memoria con vallejo y dejaron el hálito de una mujer encinta. vienen
de la frontera, del interior, de la selva que ya no es oscura. se cuidan del asma, de la nostalgia,
de los traidores. vienen a pura luz, a tenor de una palabra que los nombra rumbo al misterio.
vienen con la guitarra, los lugares comunes que hacen la vida y la muerte. vienen de cimitarra y
con las manos chamuscadas. otros campos de belleza armada para entrar despacio con la vida
en ristre nos esperan. nos esperan.
te escribo en el año del perro
te escribo en el año del perro para decirte que no creo en los horóscopos. han sido demasiadas las
guerras los jardines arrasados los giravientos tirados al olvido. nadie es carne de la carne sin
alistar sus brazos. caen los miércoles como la mostaza en el mantel. no es posible definir los
denarios para comprar el pan y los libros que otros compraran a precios de usura. te escribo en
el año del perro sin hacer caso de la jauría de esas músicas que caen de sopetón nos ponen
cardiacos irreverentes sordomudos. aquí no hay línea de la mano izquierda no hay runas no hay
una solvencia para sentarnos sobre una piedra blanca y en el espejo del agua se pueda leer el día
de la muerte o el casamiento. han sido suficientes los sobresaltos a mano armada a mano
profunda a mano silbante que nos saluda nos dice adiós y luego busca el cuello y nos ahogamos.
aquí no hay signos zodiacales peces sombríos o palomas mensajeras que traigan un respiro. soy
el húmero el coyote la platea donde bailo la danza de la sobrevivencia y esto no está escrito en
ninguna parte. te escribo en al año del perro para decirte que no creo en los horóscopos.
no morir hasta haberlo visto todo
mi mujer cantando alfonsina a las diez de la noche
unas muchachas recostadas a los médanos
un poeta robándose las obras completas de severo sarduy
tres prostitutas en medellín que me confunden con un nicaragüense
un ciego de espaldas al mar
fayad jamis leyendo el ahorcado del café bonaparte
una librería con todo borges y los alimentos terrestres de gide
un pingüino muerto en las costas de talcahuano
otra vez mi mujer haciendo pajaritas de papel
mi madre tendiendo unas sábanas blanquísimas
un policía leyendo a rainer maría rilke
thiago de melo y maría de aparecida preguntándome por cuba
mi padre a punto de morir bebiendo té con bergamota
una mesa llena de uvas negras y otras ambrosías desconocidas por mí
tres mendigos sonrientes en la avenida paulista
dos revistas orígenes en la librería renacimiento
unas vacas nadando en el mar de manzanillo
un tren francés roto en las llanuras de camagüey
un vendedor de agujas con poemas publicados
un ciervo herido que busca en el zoológico amparo
mi hermana a la salida de un quirófano
la plaza de la revolución vacía y oscura
los muros del moncada a las tres de la tarde y en agosto
esto he visto yo y espero no morir hasta haberlo visto todo.
payaso
a oscar cruz y familia
no vino a la fiesta
nos quedamos esperando su nariz
sus pantalones color del cielo
los niños se cansaron
dibujaron las paredes con hojaldres y melancolía
¡tal vez si hubiera cobrado por adelantado!
¡tal vez ¡
en nuestra saga familiar nunca había pasado
ha sido la debacle
lo nunca visto
nadie se atreve a mostrar las fotos
todos se van por la periferia
no vino
su risa resuena allá afuera en el patio
como en otro tiempo
como en otra fiesta
como si no fuera un payaso
virgin islands / té clasico
a mirna figueredo silva
no es sabor de té en los labios de marcel proust
o el aroma en la memoria
los feroces chocolates de un día
las tiendas imposibles de importar
o frutas que ya no existen
es un virgin islands a las tres de la tarde
jarra azul de porcelana
mirar el país desde un cuarto piso
notar que no estás
paladeo el amargor que sube
que se extiende por la sala y los libros
se dibujan cruces en el cielo
tal vez llueva como dios manda me digo
virgen islands té clásico para recordarte.-
lunes, septiembre 22, 2008
sergio pravaz /poeta de país doliente/ rawson/ chubut/ argentina
la cuerda
estamos esperando que el país
agite su bandera
que no desmienta
la montaña de sus huesos
el sudario que golpea
contra el viento
estamos queriendo un grito
otra mirada que despierte
la cuerda que dormita entre los bueyes
aun cuando la lluvia
hay que resistir la sonrisa del torpe
con una verdad que meta dedos
en la fisura
aun cuando
la lluvia nos castigue con un discurso
el gallo rojo
ey país...
¿es cierto que has
degollado al gallo
en la mañana?
todavía tenés
la fiebre en la memoria
y la palabra ya no
quiere responderte
tu pobre esqueleto
parece un niño triste
al costado del camino
con tierra en las encías
y los ojos secos
de tanto lamer las costras
del destino
el tiempo ya no es
ese puñado de arcilla
en la mano diestra que soñaste...
bolsa de huesos que tirita
sin abrir la maravilla
ni el canto de un gallo rojo
que hinche el sol para que alumbre
ey país...
estás borracho
como el pájaro aquel de los
libros antiguos que siempre se duerme
sin alcanzar el hilo de la niña
¿cual será el surco
donde el colibrí chupará
nuevamente aquella fresca
para que el gallo abra los ojos?
arte poética
el acto poético
es un golpe y un orgasmo
un mar desesperado
una piedra
en los ventanales de los santos
que los torpes suden
como diablos en la niebla
aquí estaremos
duros
como monte sin barranco.
no se de árboles
desconozco la historia
de la luna
no se de árboles
e imagino que un puente
es también el gajo de una mandarina
aún así
cuando sacudo el silencio
puedo ver palabras
que brillan
perras las palabras
perras las palabras
muerden donde ellas quieren
a caballo de nadie
queman el sol en sus lenguas
y dibujan
casas redondas y murmullos
apenas si sonríen
cuando intentamos embestir
cuando rueda
el poema pasa
acelera como las venas
de ese que lamió
la llave de sus secretos
habitado por chacales que cuando huelen
se ponen a bailar sumergidos
y con los ojos para atrás
el poema pasa igual
lleva en su mochila
el vértigo que agita el mundo
cuando rueda
partan ahora
y entréguense al viento
para que el
mundo las recorra
observen los niños
y
declamen su alegría
entréguense y saluden
con pasión de albedrío
pues
el rebaño de los disconformes
las esperan.-
Una abertura,
un grito espantado,
una luz y algún abrazo,
un llanto exhalado,
dos pulmones a prueba,
inspiro,expiro,
inspiro, expiro,
como, camino, duermo y hasta juego.
Inspiro,expiro,
inspiro, expiro,
y cada tanto soy feliz
y hasta me río.
Inspiro, inhalo,inhalo, inhalo,
lleno los pulmones asfixiados,
cada tanto un hijo,
algún sueño amordazado,
sospechar una abertura,
encontrar un otro lado.
*
Cuando nací
hubo moisés
moisés y abrazo
moisés, abrazo
y calor...
calor en los pies
descalzos
Soquetes guardando piel
soquetes con sandalias,
soquetes,sandalias,
en calle de tierra...
Puntillas de pies...
pasos-poco-permiso
Puntillas de pies
pasos de arena
comiendo los ruidos.
Idos:
portafolio,vasito,
discos, muchas rondas,
inocencia nueva,
cucuruchos de diario
latiendo caramelos...
... y la moneda
...y las galletitas manon
...y yo.
Toda yo.
*
La gente se evapora...
Las madres mueren de angustia
los padres olvidan
los pichones vuelan
los novios maduran
hasta caer
y los amigos quedan
en alguna parte
temiendo que les pidas algo que los distraiga
...Entrampados en sus propios laberintos
como hámster en la rueda..
Como yo.
Están ahí Estoy aquí
Juego paralelo
Juego de niños
..¡Para qué, entonces, crecer!?
Será...
...para saberme tan evaporada como ellos,
hoy que respiro - respiro - respiro quietud
rodeada de ausencias...
*
Hay una ciudad plantada
sobre los sumergidos...
los enterrados
los de a pares idos..
Hay una mole
muda
que en ladrillos
gime
el peor de los silencios
Y late la injusticia
Y laten los caídos
Y convulsiona lo entero
que amorfo-que vivo
NO DICHO
-gota continua de ciudad mentira-
... cree que crece con olvido a orillas
no crece, se enredaseanudaseovilla.
*
Broderie+ verdeselva
Tuve una infancia
con muchas cosas
-contadas e incontables-
pero sólo un vestido
blanco y broderie
Delicioso.
(entonces no lo supe)
Mi vestido y yo éramos un bocado
bocadillo de inocencia
Manjar exquisito echado a perder:
-En la húmeda ingenuidad
volcada por cada ojo de esa tela
hasta hacerse desierta.
-En cada centímetro de pielpiernas
que no soportó más el mudo roce
con el aire. Fue dermis ermitaña.
-En la verguenza en la culpa
la tristeza la ira hinchada
al borde de explotar,
llamada crecimiento.
Desértica esta dermis
creció y perdió el vestido.
Pero no la memoria de su frescura.
La memoria NO
Hoy inventa una capa de noche clara
-y estrellada-
y hace brotar por mis poros
más que retazos fresconaturales
de broderie que abriga
con olor a verdes vivos, húmedos y reales...
No sé si es verdeselva, no sé...
Habrá que esperar la luz...
Reverdecida esta piel no siente miedo
...tal vez...
Sea tiempo de segundas inocencias.-
jueves, junio 12, 2008
Selección poética
Marcas de agua
a mi nona Concepción, in memoria
Marcas de agua del ser gentil que trama
en la piel la textura y en los ojos
el mismo tinte, el tono que ascendiente
convino a mi mirada y a mi vida
sin tersas luces, sin la caricia fría
de la más tersa luz.
Cómo decirla.
Si en la ternura hija de la esquirla,
no de la esquirla como imagen vana
sino de la real, la verdadera
parte del hueso leso y lacerante
se yergue, se rehace, se repara
como hueso en el yeso,
como escara
que ha cosido la herida con un tajo.
Ella soy yo.
Su sino su manera, su don
y su carencia. Los de afuera
de palo, y los de adentro
de su entraña. Huésped
pequeña de su instante, grave
raíz de su prodigio: ese momento
dove ancora tu estás. Y yo me encuentro
con tu ser de mi ser. En ese traje
de tu ser
que me cabe como un guante.
(Del libro inédito Los bienes debidos)
CAMPANA Y YO
“Por amor del poeta, puerta
abierta de la muerte” la noche,
tu cerrada voz. La entrada
a tu alma, morada mía
a esa hora sin sueño ni sueños.
¿Quién apaga el amor
así en nosotros? ¿Quién
es quién? Preguntabas
a la Madonnina del puente, o a la gente
muda, mudándose en la desnuda luz
de semblante. ¡Abajo los espías!
¡Que mueran los rufianes! Gritabas.
En vano como una aldaba llamo
a una puerta que da a ninguna parte
y como un arte secreto, sobrevivo
a otra noche. Filo de hacha
o hilo de seda...
¡Abajo los espías! ¡Que mueran
los rufianes! La pelea
hasta quemar la sangre, frita
la gota errante por las venas
“Que desgarrante sube: el río se pierde
en la arena dorada (…)
Y ya las cosas no son más”.
¿Qué son las cosas ahora que
las cosas lo son todo
para los que nada son sin las cosas?
¿Dónde la “encorvada sombra
del humano trabajo”? ¿Quién
apagó el amor así en nosotros?
Y la luz del puente
de la Madonnina doliente
también. Y gritas todavía
¡Abajo los espías! ¡Que mueran
los rufianes! Pobre,
casi desnudo, Divino Dino,
junto a la arcada de via Strozzi,
antes y después de la cárcel, los muros
de la locura, de la mente mudándose
hacia las fuentes que saben
que no hay dulzura semejante
a la de la muerte. Mas no para mí. Otra
suerte por azar o destino quiero, y sentir
que me muero si me muero. Que me vivo
como un arte secreto. Y con mi estilo
sobrevivo a otra noche.
(De Aria Da Capo, 2006)
ALGO DE ALDO Y GLOTICA MIA
Para Aldo Oliva
Yo estuve ahí
pero no vi las patas en la fuente
-me dijo-. Pero ahí estuve. Fugaz
se iba en la diatriba del dolor
injurioso y violento. Diávolo,
diábolo, diantre diamantado. Yo
estuve ahí,
me dijo. Joven,
desprolijo, pero joven,
desordenado pero joven, cuando ahí
estuvo. Y no había Dios,
y no hay, y no habrá. Un ángel
malo, puede ser
que hubiese. Pero no un Dios, mas
sus reses, quizás. Yo no era
un eral, pero era
joven y ahí estaba. La gleba
y yo, siempre. Siervo
de la tierra sí, aterronado sí,
simiente y seminal sí, pero
nunca vendido ni vencido
en la mente donde todo se gloria
según se glosa. Yo
estuve ahí
pero no vi las patas en la fuente.
(De Aria Da Capo, 2006)
“Hoy se besa, mañana no se besa”
Para Marta Cwielong
¿Por qué a nosotras nos cuesta tanto todo?
Me dijiste.
Por qué jamás
la copa llena, el vaso pleno. Pletórica
en la vena, en la cavidad palpitante
ni siquiera del corazón, sino
del camino que lleva al corazón
_ese destino de la sangre que va
rumbo a la bomba nunca desactivada, al hueco
del pecho donde algún día
estallará mi historia, en memoria de los míos
casi todos idos así_. Quizás
antes de ese momento sin solemnidad, ligero
en la bondad del alma, antes
que el reguero de pólvora devore su llama,
me sea dada la réplica.
Y tu pregunta se responderá sola
en la expansión de la onda. Porque
todo en la vida se nivela, recibe la retribución secreta,
recompone la misma balanza su fiel. Restituye
el nivel, el equilibrio por un momento roto.
La altura cae, la bajeza asciende,
un mundo plano se impone. ¿Qué caricia
vale un abrazo?. ¿Qué valor tiene el error
si no se vuelve
-en el sumo dolor- suma experiencia? Y
empero no sume, no alcance. No sé
más que la gracia que conoce la piel,
y no recoge el rencor
como su tienda, el árabe, cuando se aleja. “El amor
es eso que estás viendo, Marta:
hoy se besa mañana no
se besa”
(De el libro inédito Los bienes debidos)
CITA
Me he emboscado en antiguas cartas de amor
pero no hay “un bosque tan santo
que no pueda ser talado” dicen
las manos que han despejado la tierra
alrededor
de los pálidos narcisos. Yo soy esa ballena
arponeada en el Ártico de una vida anterior
que aún cruza esta agua, terca,
busco el armiño de otro polo, blanco
en invierno, pardo en el verano, salvo la punta
de su cola negra, en cualquier estación. Allí
te aguardo.
(De Citas)
EL BAÑO
Lo bañamos juntas. Adjuntadas
diría él
asociando la limpidez
y las manos. Lo bañamos
o él se dejó caer
en la caricia tibia del jabón. En la piel
replegada en los pliegues del cuerpo
peso muerto del amor. En lo infuso
de la infusión de una gracia
de agua lustral. La falacia
de un Jordán lustratio. Lustración
que purifica ¿qué?. Nada
más la delicia
finalmente hallada
en las antes obligadas Furias del aseo:
esa pavada social . ¿A qué olemos si
no olemos a nosotros? Hubiese dicho
pero no dijo
nada y se dejó
caer en el ligero vaho del vapor de las antes
acerbas Sierpes de esa fuente
que ya no fueron más. Entonces,
él paladeó el instante. Esa
ablución sumida del Instante
en la pleura
de una cavidad límpida
de porcelana
en la bañadera. Blanca
la toalla
enjugó su dicha, el placer
empero
en el antes reniego del placer. Zulema
le cortó las uñas de los pies. Recuerdo
su cuerpo sumergido
en el recuerdo amoroso del agua
y sus palabras: “Nunca me sentí
tan bien, quisiera dormir
mucho tiempo…”
Después, acostado
en el cuerpo perfumado
se ensoñó. Se fue
durmiendo en el cuerpo
de un sueño pernoctado
y limpio de otra noche. Aseado
de otro día. El instante
“en que brilla y muere
en una flor rápida …( momento fulminante)
(resplandor fulgurante)
sobre alguna transparencia de éter”
la presencia. Todo
aquello que cuando cesa
se presenta. Brilla
para extinguirse y
más se vive
para extinguirse. Y no.
(De Aria Da Capo, 2006)
TRILCE
a Carlos Berrini, en memoria
El olor de los libros en la trastienda
desordenada como la añoranza, el caos
de recuerdos que tantean
lo arrumbado en nosotros, polvoriento
como el pueblo de un western, la amistad
que nos reúne en ella casualmente
sobreentendiendo el día, cierta hora.
Próximos como el río
y las esloras con las rodas enjutas
del silencio
ese lugar humano del pasaje
es un muelle fortuito. Amarras. Bitas.
Y el casco entresoñado de ese barco
que navega a la sirga de la niebla
son certezas del viaje postergado,
la esperanza del mar que
fue el pasado
y el minuto presente donde escora
y se hunde este día
lentamente.
MEETING
Bastó vernos por un instante para saber
que nos habíamos amado antes
del primer pogrom y ardido
por última vez en el horno
que nos unió para siempre
en una misma llama. Bastó
esa mirada, ese gesto
que se calcinó
y ascendiendo
indefenso humo negro
de carne inseparable
aún palpitaba.
Orgasmo de ceniza, más
lo remueve el tiempo, más
lo atiza.
(del libro Citas)
miércoles, junio 11, 2008
En nombre de ninguna
Selección poética
Esta, la de la foto, es la misma que jugaba con su muñeca
todo el día y en la noche la arropaba para que no sienta
frío ni miedo. Se resistió a tirarla cuando perdió un ojo.
Siguió negándose cuando cayó sobre la estufa y se quemó el
brazo de goma. Y cuando se le apelmazó el pelo. Y cuando quedó
con una sola pierna.
Es la misma. Sin señales de pena, posa con los restos del recién
nacido sobre los trapos con los que limpió el piso.
Cuando cayó su muñeca al pozo séptico a ella misma le
cubrieron la nariz con un pañuelo impregnado de colonia
y la bajaron amarrada de la cintura para rastrear
entre la mierda de los suyos. Después tuvo que refregar el amasijo
de plástico y sacarle brillo a los ojos de vidrio. Y después
lavar la ropa, lavar la ropa toda, toda la ropa. Y todavía más
tarde, escarbar con una astilla debajo de las uñas donde el olor
se concentró para siempre.
Me acuerdo del día que vinieron a pedir mi vestido de
primera comunión. Permanecía guardado, envuelto
en un género también blanco porque lo habían bordado
las monjas del hospital y mi mamá demoró meses en pagarlo.
Fui con ella al velorio y ahí estaba. Arriba de la mesa
habían instalado una silla y, entre cojines, acomodaron al angelito
con mi vestido puesto. Aunque le arreglaron el pelo con
mi toca de flores rosadas, igual uno se daba cuenta de la verdad
por su cara de cera con los ojos cerrados y los labios violeta. Parece
que le habían pintado dos círculos encarnados en las mejillas.
No lloré por el miedo a morir, como pensó mi madre, sino
por el olor a entierro, cómo iba a sacárselo.
Y ésta es la Bernarda. Ella leyó en el diario una noticia
sobre el asunto de las guaguas botadas en basureros públicos
y se le contrajo de golpe el vientre vacío. Reclamó
en el juzgado al Primer Niño para acunarlo muerto, le puso
de nombre Aurora y lo enterró en un lugar sagrado para tener
dónde ir a dejarle flores. La tumba que compró es amplia para
que vayan llegando sus hermanitos.
Basura
Ahora tenemos aquí
una bolsa negra que contiene un niño.
Sabemos que sufrió.
Que se retorcía.
Que se le pegaba el nailon
en la abertura de la boca.
No alcanzó a reír.
No alcanzó a colgar
de la ternura de un pezón.
Boca de Río
Ay del cuerpo abierto en canal
despojado de su niño
en operación de urgencia
(sobre la mesa de la cocina).
Ay de la que se entierra un palillo
o un tallo de apio o una rama de espino.
Ay de la que se toma una taza de cloro.
Ay de la que se acuesta boca abajo
mientras su amiga le salta encima.
Ay de la boca de río que la contiene
y de esa agua ya para siempre turbia.
Aquel cuyo espanto le obliga a volver la vista
habrá de inclinarse y anegar sus ojos
ante la niña de vientre hinchado.
Habrá de dolerse.
Ahora no es tiempo de amarrar la lengua.